El complejo religioso de San Francisco ocupa más de tres hectáreas, es el más grande de su tipo en América, abarca una iglesia principal, dos capillas, un museo de arte, patios, huertas, catacumbas, una cancha de fútbol e incluso una antigua fábrica de cerveza. El templo está presidido de un pretil de cien metros cuyo ascenso central tiene una escalinata sui géneris: trece gradas cóncavas y diez convexas, unidas por una plataforma circular perfecta.

La estructura de esta mini-ciudad tardó casi 150 años en levantarse (de 1534 a 1680). Fue fundada por el misionero franciscano Jodoco Ricke y durante una época fue el hogar de 160 monjes. Fue el primer templo de los franciscanos en la Real Audiencia de Quito y actualmente es la sede de numerosas festividades religiosas, un tesoro arquitectónico y una de las maravillas que circunda a la capital ecuatoriana en leyenda.

Sus raíces son intrigantes: fue el palacio real de Huayna Cápac (el gran emperador inca), y además un importante templo ceremonial para la sociedad precolombina. Luego se convirtió en la sede de la Orden Franciscana católica.

La plaza de San Francisco solía tener un estilo francés como se puede apreciar en esta foto de 1920.

El Apostolado

En 1961 Fray Francisco María Fernández organizó la devoción a Jesús del Gran Poder, devoción que se ha multiplicado en los demás Conventos y aún en las parroquias diocesanas. Una devoción  de fe popular nacional especialmente en la procesión de Jesús del Gran Poder del Viernes Santo.

El Convento de San Pablo de Quito, es por hoy, el confesionario de Quito, preferentemente en la Semana Santa y en los días viernes, sábados y domingos de todo el año acuden fieles de casi toda la capital a solicitar este sacramento.

Fuente: franciscanos.ec